Érase una vez un
mosquito que se llamaba Efraín. Todo el mundo se metía con él hasta
su familia. Un día Efraín, ya harto de que se metieran con él, se fue a ver el mundo. En la
madrugada Efraín se levantó y se fue. Subió a un barco, allí vivió
muchas aventuras.
Un día, había un partido
de fútbol muy importante, Argentina e Inglaterra y pitaron penalti, todo el mundo estaba inquieto hasta los insectos. Justo en el momento que el jugador iba a tirar el penalti, apareció Efrain y se
puso en la mejilla de un jugador inglés, le picó y el jugador se iba dio en la cara y, ¡mató a Efaín!
Desde ese día todos
los insectos que nacieron le pusieron Efraín y hasta le hicieron una
placa con una especie de mensaje en el centro de la aldea.
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